Los autores reconocen que este estudio tenía limitaciones. En concreto, todos los participantes eran europeos, por lo que los resultados pueden diferir en el caso de personas de ascendencia asiática, por ejemplo. También es importante tener en cuenta que, aunque la aleatorización mendeliana suele ser más adecuada para identificar relaciones causales entre dos factores que otros tipos de estudios, tampoco es perfecta. Además, hay estudios anteriores del mismo tipo que no encontraron ninguna asociación entre el consumo de cafeína y un menor riesgo de diabetes.
Pero no conviene descartar por completo las conclusiones del estudio. Existen mecanismos en el cuerpo humano que aclaran exactamente cómo el consumo de café puede reducir el riesgo de diabetes y obesidad. En concreto, la cafeína tiene un efecto a corto plazo sobre el apetito y también aumenta la capacidad del organismo para quemar grasas y liberar energía.
Los autores señalaron que se necesitan nuevos ensayos controlados aleatorios para evaluar si las bebidas no calóricas con cafeína pueden ayudar a reducir el riesgo de obesidad y diabetes de tipo 2.